CRECE EL NÚMERO DE BALLENAS ENCALLADAS EN NUEVA ZELANDIA
Ya
son 650 los cetáceos que quedaron varados en las costas de Farewell
Split. Los rescatistas trabajan incansablemente para evitar que las
sobrevivientes mueran.
Ya son 650 las ballenas encalladas en Nueva Zelanda (Reuters)
13 de febrero de 2017
Un nuevo grupo de 240 ballenas quedó varado en las costas de Nueva
Zelandia, apenas unas horas después de que agotados voluntarios lograran reflotar a otro grupo de cetáceos tras un episodio masivo de ballenas encalladas.
En total, más de 650 ballenas piloto se han varado en un tramo de 5 kilómetros de costa durante dos días en Farewell Spit, en el extremo de la Isla Sur. Unas 335 ballenas han muerto, 220 siguen varadas y 100 están de vuelta en el mar.
Andrew Lamason,
director de operaciones en Golden Bay del Departamento de Conservación,
explicó que se trata de un nuevo grupo porque todas las ballenas
reflotadas del primer grupo fueron etiquetadas y ninguno de los nuevos animales estaba etiquetado.
La noticia fue devastadora para cientos de voluntarios llegados de todo
el país para ayudar con el grupo inicial de 416 ballenas encontrado el
viernes por la mañana, muchas ya muertas.
Los rescatistas realizaron un escudo humano para evitar que las ballenas queden varadas (Reuters)
Los voluntarios tenían previsto volver el domingo para ayudar a reflotar a todas las ballenas sanas que puedan.
Unos 20 de los nuevos cetáceos fueron sacrificados por trabajadores de conservación porque estaban en malas condiciones y era probable que hubiera que sacrificar a más el domingo, lamentó Lamason.
Los rescatistas se habían sentido esperanzados el sábado después de los progresos para reflotar al primer grupo, tras una jornada frustrante el viernes.
La mejoría del clima y el agua limpia habían contribuido a las tareas de rescate. Unas 100 ballenas sobrevivientes del primer grupo fueron reflotadas y docenas de voluntarios formaron una cadena humana en el agua para impedir que volvieran a vararse.
Los rescatistas fueron advertidos de la posibilidad de que hubiera
tiburones y mantas raya en el agua, dado que una de las ballenas muertas
parecía mostrar mordeduras similares a las de un tiburón. Sin embargo,
Lamason aclaró que no se vieron tiburones hasta el momento.
Las autoridades tendrán que centrarse pronto en la sombría tarea de gestionar cientos de cadáveres.
Una de las opciones era atar los restos a postes o a un bote en el agua y dejar que se descompusieran. No obstante, arrojarlas al mar o dejarlas donde estaban planteaba el riesgo de que emitieran gases al descomponerse que las hicieran flotar, para terminar causando problemas en bahías pobladas.
Farewell Spit, una lengua de arena que se adentra en una curva con
forma de anzuelo en el mar de Tasmania, ha registrado incidentes
similares en el pasado. Parece que la forma de la larga costa hace difícil para las ballenas encontrar el camino para alejarse una vez se han acercado.
Hay diferentes teorías sobre por qué se encallan las ballenas, desde
que persiguen a presas demasiado cerca de la costa a intentos de
proteger a un miembro enfermo del grupo o de escapar de un depredador.
Nueva Zelandia tiene una de las tasas más altas del mundo de ballenas varadas.
El episodio del viernes fue el tercero más grande del que se tiene
registro. El peor fue en 1918, cuando unas 1.000 ballenas piloto
encallaron en las Islas Chatham. En 1985, unas 450 ballenas encallaron
en Auckland.
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